El sábado por la mañana el pequeño Sergio se despertó sobre las 7:30, como veía que era en vano intentar que volviera a dormirse, le pusimos los dibujos y su padre y yo intentamos descansar.
Enfrente de su cuna esta un sinfonier alto de cajones, robusto, de madera maciza, y encima una tele, no muy grande, pero con fondo, de estas que tienen ya unos años, no es plasma, pesa lo suyo.
El pequeñajo se puso de pie, cogido de los barrotes de la cuna, enfrente de dicho sinfonier y viendo La Abeja Maya. Todo parecia ir bien, el peque veia los dibujos de lo más entretenido y yo empezaba a conciliar el sueño..sábado por fin, pensé, me merezco unos minutos más de sueño. Qué ilusa!
Unos minutos o instantes después, cuando me encontraba ya entre la tierra y el cielo me sobresalté con un grito de mi marido: ¡cuidado!. Mis ojos se abrieron, y mi corazón dio un vuelco.
Mi pequeño había abierto un cajón del sinfonier, había volcado el mueble hacia él, que chocó contra la cuna, pegué un salto de la cama, mientras la tele y el TDT que tenía encima descendían, cuando llegué a él (no fueron más de dos segundos), la tele había caído en la cuna, justo detrás de él, el TDT quedó suspendido por los cables, lo vi de espaldas, quieto y sin decir nada y sin saber si la tele le había golpeado o no en la cabeza...os juro que pensé que se había quedado en el sitio...literalmente...entonces empezó a llorar con fuerza..yo solo podía decir: ay madre mía, ay madre mía.
Su padre lo cogió, salimos a la cocina, yo cogí el Arnidol (un rolon para los golpes), vimos que tenia roja la parte alta de la frente.
Le pusimos el rolon en el golpe, y mi marido me dijo que la tele no le había dado, que el golpe era del cajón del sinfonier..a todo esto yo era un auténtico flan, me temblaban hasta las pestañas, las piernas, los brazos ,las manos, no podía ni articular palabra. No sabía si acercarlo a urgencias a que lo reconocieran o a que me dieran a mi un buen chute de calmantes.
A los pocos minutos el llanto paró y empezó a reírse con las carantoñas que su padre le regalaba. Empecé a respirar. Levantamos la tele, el TDT y colocamos el mueble en horizontal, la tele pesaba una barbaridad. Su padre empezó a quitar los tiradores del mueble, y dejó el colchón de la cuna prácticamente a ras de suelo.
Empecé a sentirme culpable, mala madre y mala persona, por haber querido dormir unos minutos más y dejar a mi hijo "solo ante el peligro" viendo los dibujos. No quiero ni imaginarme lo que hubiera pasado si la tele hubiera caído unos centímetros más delante, en su cabeza.
¿Cómo es posible que, un "bebé" de 12 meses, haya sido capaz de volcar un mueble de 1.40 metros de alto, macizo, con todo lo que llevaba encima? y, si esto lo ha hecho con 12 meses, 11 kilitos y 78cm de altura..¿qué será capaz de hacer mi angelito cuando tenga unos cuantos meses más, y ande, y corra y salte?... de verdad os digo que no quiero ni pensarlo, al igual que no sé si mi corazón podrá aguantar más sobresaltos de esta embergadura.
¡¡¡Que susto!!! Yo tampoco puedo entender como un bebé tan pequeño ha sido capaz de blocar un sinfonier...
ResponderEliminarPues eso mismo me pregunto yo..y cada vez que lo pienso me vuelven a temblar las piernas!!
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