sábado, 15 de octubre de 2016

Hace un año

Hace aproximadamente, un año, hacía el primer pedido de test, para la búsqueda del tercero. Creo que eran 60, y era la primera vez que los pedía de Amazon España, y no de Amazon UK. El pedido tardó algo más de un mes en llegar, y aunque no nos pusimos en serio a buscar hasta la regla de diciembre, me comí todas las uñas del cuerpo, esperando que llegara el dichoso paquetito. Que ilusión al recibirlo! Que sensación de alegría tan intensa ver el cajoncito del baño repleto de test por hacer!.

Hace un año cumplía 33.

Por aquel entonces estaba convencida de que me sobrarían muchos test, muchísimos, así que desde antes de buscar el tercer bebé, iba probando los TO para ver cuando ovulaba y demás, y ver que tal iban esos test diminutos de palitos ultra finos. Quien me iba a decir que acabaría volviendo a pedir 50 test más, ( de Amazon UK esta vez), que por cierto, están a punto de consumirse... ¡¡Yo!! que hace un año pensaba comerme el mundo, y fue el mundo el que me engulló a mi, de un mordisco.

Hace un año no me hubiera imaginado así, con otro legrado a cuestas y cuatro meses de búsqueda sin embarazo (si, septiembre, tampoco fue mi mes). Yo, que me creía la diosa de la fertilidad, la verdeliss alicantina, ja! cuanto se debía reír de mi, por aquel entonces, el destino. Cuanto me quedaba por aprender y sufrir.

Este mes tenía esperanzas de ver el positivo, a 10 dpo el TE dio negativo, y me desmoralicé, pero luego, el dia 12 dpo tuve un ligero manchado marrón, ante mi asombro pensé que sería "manchado de implantación" y me vine arriba, jamás había tenido ese manchado en ningún embarazo, pero quizá esta vez sería distinto, a las pocas horas un grano se instaló en mi frente, y me ilusioné aun más, la ultima vez que me embaracé me había salido uno!!!! No cabía en mi, quería ser precavida, pero no podía, me imaginaba embarazada, encargando el bugaboo (ahora tiene descuento), y un montón de cosas más que duraron lo que dura un suspiro.

El dia 12 de octubre, 13 dpo, me hice otro TE, negativo. Lo miré durante todo el dia, TODO. Me lo entraba al aseo, me lo sacaba de nuevo, lo miraba con luz natural, artificial, con la linterna del móvil, etc etc. Hasta le hice fotos al test, con flash, sin flash, de cerca, de lejos y hasta las pasé a negativo!!.

Juro que me dolían los ojos, de tanto fijarme, y a trasluz, con la linterna del móvil, veía una pequeña sombra. La sombra era tan pequeña y era tan difícil verla,(había que poner el móvil y el test en una determinada inclinación para que se viera), que pensé si realmente estaba allí la sombra o era mi imaginación la que quería verla.

Me acosté con la intención de repetirme TE el día 13 de octubre, nada más levantarme. Me dejé el test preparado en la mesita y pensé que para tener más concentración de orina, iba a intentar volver a hacer pis, antes de dormir.

Y ahí estaba, una enorme mancha de sangre en el papel higiénico. El castillo de arena que había creado se derrumbaba ante mis ojos.

Por momentos pensé que quizá era de la implantación, que ese manchado cesaría, que me levantaría por la mañana sin manchar nada de nada, pero comprobé que el sangrado no cesaba, aquel manchado rojo se hacía cada vez más grande, mientras yo me volvía, en el cuarto de baño, cada vez más diminuta.

No había servido la visita a Barcelona, ni las tropecientas pastillas y vitaminas que me tomé, ni los deberes hechos, todos los días de la semana fértil. Nada había dado resultado.

Y me fui a la cama intentando ser positiva, pero no pude evitar llorar, de rabia, de impotencia, de pena. Porque se me escapaba una vez más, lo que más quería.

Otra vez llorando a escondidas, en aquella habitación, la de casa de mi madre, la de cuando era niña, en la que había llorado tantas veces por tantos motivos, en la que había sufrido la pérdida de mis embarazos, allí, en esas cuatro paredes que tantos secretos escondían, sentí que había tocado fondo. Lo bueno, en estos casos, es que ya sólo puedes ir hacia arriba.

Así que he decidido cambiar de actitud, fuera obsesiones, fuera test a saco, fuera psicosíntomas y preocupaciones. He dejado el ácido folico ( 6 meses tomándolo ya son demasiados), he dejado el ovusitol. Necesito evadirme. El día 20 tengo cita con el gine, le diré la mentirijilla, que van 6 meses de búsqueda, y no 4, y que ya tengo 34.

 Si, hoy cumplo un añito más.(Para complicar un poquito más el asunto).

Espero volver a contaros pronto cosas buenas y bonitas, volver con otras fuerzas y energías positivas, con otros proyectos distintos al monotema de repetir maternidad. Un año buscando, esperando, ya es mucho, volveré con nuevos aires y delirios. De momento declaro el blog:

"cerrado, por descanso emocional".

viernes, 7 de octubre de 2016

Otoño

Llegó otoño, y con él cerré una etapa. Por un lado necesitaba que llegara octubre, pero por otro me resistía a cerrar esa puerta para siempre, la puerta de septiembre.

El 30 de septiembre lloré como nunca, creo que fue de los días que más he llorado, por lo menos de los que recuerda mi mente. Se me escapaba el mes, que tanto había imaginado con una nueva ilusión en mi vientre, con fechas de ecografías y citas con la matrona, mi salud mental necesitaba estar embarazada en septiembre. No sé si lo logré, pero si así fuera (ojalá) era demasiado pronto como para saberlo, y por tanto, como para estar alegre.


Dejé a mis hijos en el cole el primer día que empezaban, y recuerdo subir aquella cuesta hasta mi casa, más inclinada que nunca, con un nudo en la garganta. Mi niños se habían hecho grandes. Ya no había ningún bebé en casa, ni guarderías, ni pañales.


Me siento egoísta a veces por desear tanto repetir maternidad, sabiendo que hay chicas que pelean por tener el primero, o el segundo, y no lo consiguen, pero a la vez no lo puedo evitar. Es algo que nace de dentro, de las entrañas.


Viajé a Barcelona, con la esperanza de conseguir lo que allí logré la última vez, embarazarme.


Mi pedido de "tests de la suerte" se esta agotando, y crece la ansiedad de ver que se me escapa el 2016.

He probado lo habido y por haber, he dejado de tomar alimentos dañinos para la fertilidad:

-Café
-Coca-cola
-Alcohol
-Té

He dejado el tabaco, con la excepción de tres cigarros, uno me lo fumé después de ver Bridget Jones Baby, y los otros dos después de ver al bebé recién nacido de una amiga.


Ahora hablo en pasado y todo me recuerda al comienzo de año, a la ilusión que tenía. Solo veo oportunidades desaprovechadas, tiempo que se me escurre de las manos, perdido.


Intento mirar hacia adelante con esperanza, reir, ilusionarme, no venirme abajo por esta incertidumbre del qué estará pasando, del por qué no lo logramos.


Le he cogido respeto ,(pánico), a los test de embarazo. De hecho apenas me atrevo a mirarlos ni tocarlos, y no sé si seré capaz de hacerme uno antes de la falta, el temor al negativo me ha calado hasta los huesos. Difícil de explicar.


Ay! Si pudiera volver atrás. Cuántas veces lo habré pensado, si hubiese cogido la baja desde el positivo, si hubiera hecho o dejado de hacer...si hubiese podido frenar el tiempo, detener el mundo.


Este mes cumplo 34, un año más, y en mi mente resuena aquella frase del gine de Alto Riesgo, " si quieres quedarte embarazada, quédate ya, la edad juega en tu contra".


Y x momentos me autoconvenzo de que quizá se haya terminado mi época de crianza. Dos abortos, dos legrados y dos duelos, y una tanda de meses frustrantes que me hacen pensar " basta!" " Ya no puedo más".


Pero luego vuelve una parte de mi a recordarme, que x los sueños hay que pelear, que nada es fácil y no hay que rendirse. Pero, y si mi destino es tener dos hijos? Contra eso no podré luchar...


Y se vienen a mi mente los días tras el último positivo, la euforia, la incredulidad, y miro y remiro las fotos de aquellos test y un pinchazo me atraviesa x dentro, una espina imposible de sacar.


Ahora, después de los negativos, miro con otros ojos a mis hijos, como si fueran un milagro, xq en el fondo lo son!, Y me siento tan feliz de tenerles, tan y tan afortunada.


Disfruto cada risa, cada juego, cada caricia que me dan. Y la lactancia, que antes me agobiada, es lo que más cuerda me mantiene ahora, lo que me hace revivir esos sentimientos de crianza, ese vínculo increíble con mi hija.


He aprendido a ser paciente, comedida, aunque a veces llore x las esquinas, sonrío como jamás lo había hecho ante una gracia de mi hijo, disfruto cuando me cuentan sus batallitas del cole. Y me siento "curada" cada vez que me llaman mamá.


Octubre ha llegado. Cerré para siempre la puerta del verano de 2016, consciente de que quizá, la ventana que se abre de otoño, me brinde una nueva oportunidad.

Porque lo imposible sólo tarda un poco más.