sábado, 27 de septiembre de 2014

Lo que duelen los hijos

Hace tiempo que no escribo, el verano me ha hecho desconectar de mi faceta mas maternal y mi mente ya abarca muchas más cosas. Pero eso no significa que no haya sentido la necesidad de escribir, de contar cosas que me han pasado o he sentido. Lástima no poder plasmarlo todo en una entrada, no poder escribir telepáticamente.

Hace unas semanas, por la mañana, me encontré con una madre con la que habia coincidido en el hospital ( Lia estuvo ingresada cuando tenia 14 dias). Ella no me vio,yo pasé con el coche y vi que iba de la mano de su hija mayor, pero su pequeña, que se lleva dias con Lia no estaba, no habia cochecito, y me quedé parada..nació con sindrome de Edwars, y graves complicaciones y mi mente no dejaba de hacerse preguntas..estaria ingresada? Estaria en casa? Le habria pasado algo? Me quedé toda la mañana pensativa y triste.

Hace unos dias, la profesora de la guarde de Sergio, despues de una reunion rutinaria anunció que dejaba la guarderia. Tras pasar por 3 abortos, al fin llevó a término su embarazo,no sin estar la mayor parte en reposo, yde tener una cesarea complicada. Las secuelas han sido importantes, su útero 4 meses después del nacimiento de su hijo, no ha vuelto a su sitio, y le ha salido una hernia en el ombligo. 20 años después de empezar como profesora, y de imaginarse trabajando con su hijo, en lo que más le gusta, se va porque no le queda otra que descansar y cuidarse, tras haber sufrido y pasado mucho.

La semana pasada una amiga me contaba que una chica, despues de varios intentos, problemas de fertilidad y mucho camino recorrido, habia perdido a su hija, estando a punto de salir de cuentas. No puedo, no consigo imaginar el dolor, la rabia,la impotencia que debe sentir.

Y es que todos estos hechos no dejan de recordarme lo vulnerables que somos cuando tenemos hijos, la delgada linea que separa la felicidad de la tristeza, el gozo del sufrimiento. Porque cuando deseamos tener un hijo,cuando planeamos un embarazo, cuando vemos el positivo, no somos conscientes de que nuestra vida, nuestro corazón, nuestra alma, ya ha cambiado, PARA SIEMPRE.