Parecia un dia normal, un viernes tipico con comida en casa de mi suegra incluida, todo se desarrollaba como de costumbre, hasta que mi marido empezó a engancharse al movil...podria estar waseando, o jugando al candy crush o poniendose al dia en facebook. Pero no, su cara era otra, y yo no queria preguntar.
Y entonces en medio de comentarios entre hermanos, el repaso al guisado de mi suegra, el postre de los niños, etc etc...mi marido lo soltó " ya han salido las plazas". Le miré con espectación, era la única que le prestaba atención, y en medio segundo de incógnita, la frase temida " otro año más en Barcelona".
Mi suegra preguntó por cotillear, mi cuñada miraba pero sin decir nada, mi cuñado seguia hablando de irse a jugar al tenis, y yo preguntaba " ¿por qué?". Solo 20 plazas para toda la Comunidad Valenciana, esa era la respuesta.
La verdad es que los presentes no se asombraron nada, tampoco era algo que les preocupara demasiado, pero mi marido se sentó en el sofá y no se levantó en toda la tarde y yo agaché la cabeza y me imaginé un año más con idas y venidas, con maletas y trenes, con saludos y despedidas..un año más como los anteriores, solo que ahora no teniamos un bebe, sino dos.
Mi suegra soltó su frase preferida : "no te quejes, esto es lo que querias" {gracias maja, tú como siempre, levantando el ánimo}. Mi cuñado se mosqueó porque mi marido no queria jugar al tenis, como era de esperar, y yo me quedé con la sensación de que era lo que todos esperaban, pero mi marido y yo teniamos muchas esperanzas, esperanzas que se esfumaron, un año más.
Digerida ya la noticia, mi corazón sueña con una excedencia, con un año sabático en Barcelona, cuidando y disfrutando de la familia al completo, con tiempo solo para mí, mis hijos y mi marido...pero mi mente me recuerda la hipoteca, los pagos del alquiler, los recibos, los préstamos, y me entristezco porque sé que si me fuese alli, seria plenamente feliz.